Cuauhtémoc Blanco se retira del futbol sin un sucesor a la vista.

Se retira de las canchas, pero deja para la posteridad la cuauhtemiña, los goles anotados con la joroba, el festejo del perrito que orina en la portería rival, la técnica para bajar el balón con una nalga, su pose burlona y triunfal recostado frente a Ricardo LaVolpe, el pleito monumental que provocó en el partido frente al Sao Caetano, su salida en camilla tras la patada que le propinó el trinitario Ansil Elcock y, sobre todo, el festejo de arquero medieval que copió a Kiko Narváez, ex jugador del Atlético de Madrid.

Más de 20 años de carrera se fueron como un suspiro; sin embargo, Cuauhtémoc Blanco Bravo (17 de enero de 1973, ciudad de México) deja una huella indeleble en la historia del futbol mexicano, sin un sucesor claro a la vista. El jugador, oriundo del barrio de Tepito, criado por la abuela materna en Tlatilco y descubierto por Ángel Coca González, jugó este martes su último partido: la final de la Copa Mx ante las Chivas.

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FUENTE: http://www.jornada.unam.mx/

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