Pon freno al estrés
Desde 2012, la Guía europea sobre prevención de la enfermedad cardiovascular en la práctica clínica incluye el estrés como factor de riesgo para el buen funcionamiento de la bomba vital, ya que es un detonante de la hipertensión arterial. Si se instala de forma habitual en nuestra vida cotidiana, acaba afectando a la salud general. Hay que aprender a desconectar y combatirlo con ejercicio, yoga, hábitos sanos y, si fuera necesario, fármacos o psicoterapia.
Ojo al colesterol
La obstrucción de las arterias por exceso de colesterol malo (LDL) es el principal desencadenante de ictus e infartos. Uno de los factores que lo provocan es el abuso de grasas saturadas, presentes en lácteos enteros, embutidos, bollería industrial, aperitivos salados y otros productos procesados. Por eso, el consumo de omega-3, un ácido graso insaturado que abunda en pescados azules –salmón, atún, sardinas–, y de algunos productos lácteos y suplementos nutricionales que contienen fitoesteroles son un arma eficaz contra la hipercolesterolemia.
Contrólate la tensión
Tómatela a menudo, pues la hipertensión no avisa. Modera el consumo desal y come uvas: un reciente estudio de la Universidad de Míchigan publicado en el Journal of Nutritional Biochemistryprueba que esta fruta contrarresta los problemas cardiacos derivados de la tensión alta, al activar genes responsables de los antioxidantes que protegen el miocardio.